Conversar sin romper: ¿cómo tener conversaciones difíciles sin perder a tu equipo?

Evitar una conversación incómoda puede parecer una buena idea… hasta que deja de serlo.
Todos lo hemos hecho: algo no nos gusta, algo se rompió, alguien dijo algo fuera de lugar, y decidimos dejarlo pasar. Para “no generar conflicto”, para “ver si se arregla solo”. 

Pero lo que no se conversa, se acumula.

Lo que hoy es un malentendido no hablado, mañana es una desconfianza.
Lo que hoy es un comentario fuera de lugar, mañana es un resentimiento.
Lo que hoy es “mejor no decir nada”, mañana puede ser una persona valiosa que decide irse.

La conversación no es el problema. La falta de ella, sí.

No se trata de evitar el conflicto, sino de saber atravesarlo.
Y ahí entra el rol del liderazgo: las personas no esperan líderes perfectos, esperan líderes que sepan conversar, que conecten y que generen espacios seguros para hablar. 

Hablar claro no significa ser duro.
Dar feedback no significa atacar.
Y confrontar no significa romper.

Significa tener el valor de decir lo que importa, con respeto y con estructura. 

Escuchar también es liderar

Un punto clave para tener conversaciones difíciles sin romper vínculos es este: ver a la otra persona como aliada, no como enemiga.
Esto no es idealismo. Es estrategia.

Cuando enfrentas a alguien desde la crítica, la respuesta natural es la defensa. Pero cuando abres la puerta al diálogo, es más probable que el otro escuche. 

Es lo que Harvard llama “calling in”, en vez de “calling out”. En lugar de señalar, invitar. Ejemplo:

“Ese comentario fue muy inapropiado.”
“¿Podemos hablar de lo que dijiste ayer? Me dejó pensando y me gustaría entenderlo mejor.”

Esta diferencia cambia todo: baja la tensión, abre el canal y permite conectar y construir en lugar de dividir.

¿Y si no me sale natural?

Nadie nace sabiendo dar retroalimentación, escuchar lo que duele o nombrar lo que nadie dice, no es tarea fácil.

Pero tenemos buenas noticias: Se aprende, se estructura, se entrena.

En Conexia  ayudamos a líderes a tener conversaciones que no solo resuelven, sino que transforman. Conversaciones valiosas que fortalecen vínculos, mejoran el clima y evitan pérdidas de talento silenciosas.
Conversaciones que dejan huella.

¿Qué podemos empezar a hacer diferente?

Aquí van tres pasos concretos para tu próxima conversación difícil:

  1. Intención clara. Pregúntate antes: ¿Qué quiero lograr con esta conversación?
  2. Escucha activa. En vez de suponer, pregunta. Parafrasea. Asegúrate de entender.
  3. Di lo que necesitas decir. Pero hazlo desde la construcción. 

En Conexia implementamos una metodología que acompaña a los líderes de las empresas  a conversar sin miedo: con herramientas, competencias conversacionales, estructura, y foco en el impacto. Porque la conversación no es el problema. La falta de ella, sí.

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